La economía socialista del nazismo (aprendiendo del pasado)

En esta época de crisis, muchas personas, incluyendo aquellas guiadas por buenas intenciones, ven como solución a los problemas un mayor control de la economía por parte del Estado. Fijación de precios mínimos a percibir por parte de determinados sectores, control de los intermediarios, protección del pequeño comercio o empresa, entrega de subvenciones, redistribución de la riqueza imponiendo impuestos a las grandes empresas, a los bancos y a los particulares con mayores ingresos, aumento del control financiero que prohíba la especulación, es decir, en esencia intervencionismo y gasto público.

Sin embargo, lo que muchas de estas personas son incapaces de apreciar es que la aplicación de todas estas medidas supone en menor o mayor medida un recorte de la libertad de los ciudadanos. Y esto es así porque el Estado toma sus decisiones aplicando los criterios que considera que favorecen a la sociedad en su conjunto. Teniendo en cuenta lo anterior, la publicación en febrero de 1936 por parte de Keynes de su obra más importante, "La Teoría General del empleo, el Interés y el Dinero", dio la escusa teórica que los gobiernos necesitaban. Es más, ya el propio Keynes indicaba en el prólogo de la edición alemana de su obra publicada en septiembre del mismo año lo siguiente:

"De todas formas, la teoría de la producción en general, que es lo que el siguiente libro pretende ofrecer, es más fácilmente adaptable a las condiciones de un estado totalitario que la teoría de la fabricación y distribución de un determinado producto bajo condiciones de libre competencia y un alto grado de laissez-faire."

Es muy importante recordar que dieciséis años antes de la publicación del texto anterior, en concreto el 24 de febrero de 1920, se celebro en Munich el primer mitin multitudinario de Partido Obrero Alemán. En esta concentración, Hitler leyó el programa de los 25 puntos del NSDAP (Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán). De estos puntos, quiero aquí transcribir por su significado económico los siguientes:

"13. Reivindicamos la estatización de todas las empresas que han existido hasta el presente bajo la forma de Sociedades (Trusts).

14. Reivindicamos la participación [de los asalariados] en los beneficios de las grandes empresas.

16. Reivindicamos la creación y protección de una sana clase media. La transferencia a las comunas de todos los grandes almacenes y el alquiler a precios bajos de sus locales a pequeños industriales, la rigurosa atención de todos los pequeños industriales por la provisión por parte del Estado, de los Länder [estados o provincias] o de las comunas.

17. Reivindicamos una reforma agraria adaptada a nuestras necesidades nacionales, la promulgación de una ley que sustente la expropiación sin contrapartida de los bienes raíces en provecho de empresas de utilidad pública. La abolición de la renta territorial y la prohibición de toda especulación con bienes raíces.

18. Reivindicamos la lucha enérgica contra todos aquellos que por sus acciones causan daño al interés general. Los vulgares enemigos del pueblo, usureros, traficantes etc. deben ser castigados con la pena de muerte sin distinción de confesión y de raza."

En realidad, esas directivas constituyen un verdadero programa socialista, una programa que aunque no propugnaba la nacionalización todos de los medios de producción y mantenía formalmente la propiedad privada, llevaba al final al control de toda la economía del país por parte del Estado.

¿Qué conclusiones podemos sacar de lo leído? Posiblemente la lección más importante es que debemos aprender de los errores del pasado y que por muy bienintencionadas que parezcan determinada medidas, si atentan contra la libertad del individuo, deben ser descartadas. Puede que el camino a andar para la recuperación económica sea más arduo, pero a la larga nos llevará a una sociedad más prospera y, por supuesto, infinitamente más libre.


Enlaces relacionados:
La política económica nazi – Mises Daily en español
La ideología nacional socialista - Ricardo Corleto (Pontificia Universidad Católica Argentina)