La paradoja del desempleo

Existe una paradoja relacionada con el desempleo. Por una parte, los seres humanos tenemos infinitas necesidades. Cubierta en parte una de ellas, necesitamos cubrirla en mayor medida. Habiendo satisfecho ésta, surge una nueva. No se trata solamente de un ansia desmedida de consumir sino de una característica fundamental del hombre, que se refleja en el principio praxeológico de tratar siempre de pasar de una situación a otra más satisfactoria.

Por otra parte, los recursos son siempre limitados. Al menos aquellos que consideramos bienes económicos. De esta escasez y de su utilidad surge el valor de los mismos tal y como formuló Carl Menger en 1871 cuando publicó su "Principios de economía política", aunque esa es otra historia. Entre los recursos tenemos aquellos necesarios para la producción, tales como la tierra, el capital o el trabajo. Todos ellos comparten esa característica mencionada: la escasez.

Y es aquí donde surge la paradoja. Necesidades infinitas y escasez de trabajo necesario para satisfacerlas. ¿Cómo es posible entonces la existencia del desempleo? Es evidente que me referiero a un desempleo estructural y persistente y no a uno de tipo friccional que surge en los distintos ajustes productivos. Algo no cuadra; debe de existir algún fenómeno que ocasione el desarreglo necesario para hacer posible la paradoja mencionada.

¿Resolveré el problema en esta entrada? Pues me temo que no. Dicen que a veces las preguntas son más importantes que las respuestas y esto es lo que he pretendido hacer. Mostrar la necesidad de buscar una respuesta. La solución tiene mucho que ver con el proceso económico y con las crisis económicas periódicas que nos afectan. Los keynesianos han enunciado sus soluciones, aunque no han servido de mucho tal y como podemos comprobar en la actualidad. Los austriacos también nos han brindado las suyas, pero al menos hasta el presente parece que no han tenido demasiado éxito a la hora de llamar la atención. Creo que ha llegado el momento de escuchar con interés lo que tienen que decirnos.