Lecciones de un progresista: Ayudemos a las mujeres pobres a abortar a sus hijos

Está visto que la progresía proabortista utiliza todas las ocasiones para promocionar su cultura de la muerte. El progresista y defensor del aborto, sobre todo para las mujeres pobres, Ignacio Escolar, nos cuenta en su blog la historia de una pobre mujer inmigrante que, siendo prostituta en un club de alterne, quedó embarazada y se provocó el aborto mediante un medicamento que le ocasionó graves secuelas por las que tuvo que ser hospitalizada. La mujer, al confesar en el hospital lo que había hecho, fue denunciada y más tarde condenada a una multa de 540 euros por el delito cometido.

Y como conclusión no se le ocurre otra cosa a Ignacio Escolar que afirmar "que cuando algunos plantean prohibir el aborto en España, de lo que hablan realmente es de que sólo las mujeres con dinero para viajar a Londres puedan abortar; de que haya más víctimas, como esta mujer, que no sólo se jueguen la cárcel sino también su vida".

¡No, Ignacio! Nadie que condena el aborto lo hace con ánimos de ver sufrir a ninguna mujer, ya sea pobre o rica. Quienes condenamos el aborto lo hacemos con la convicción de que realmente la verdadera víctima es ese niño al que se le niega la vida y que también esa mujer quedará marcada para siempre por su terrible decisión. ¿Te has parado a pensar, Ignacio, que precisamente ese niño fue abortado por ser también pobre al serlo su madre? Quizás si hubiera sido menos pobre o su madre hubiera recibido ayuda, ahora mismo estaría vivo. Pero claro, era pobre y a ti, Ignacio, no se te ocurre otra forma de ayudar a los pobres que recomendar el aborto para su eliminación. Del aborto de los niños de mujeres ricas tú no te preocupas. Dejemos que cada clase social se ocupe de sus abortos. No se te podrá negar, Ignacio, coherencia ideológica.