Al fin, todos iguales (el proyecto de Ley de Igualdad)

En 1961, Kurt Vonnegut publicó un cuento corto de ciencia ficción titulado "Harrison Bergeron". La historia transcurre en los Estados Unidos, en el año 2081. Las 211ª, 212ª y la 213ª enmiendas de la Constitución han hecho que todos los americanos sean iguales, "no sólo iguales ante Dios y la ley, sino iguales en cualquier sentido". En 2009, Chandler Tuttle llevó a la pantalla esta historia con el título de "2081", siendo premiada en el Festival Internacional de Cine de Seattle:

Fragmento del corto "2081", de Chandler Tuttle


Ayer, 27 de mayo, el Consejo de Ministro aprobó el proyecto de Ley Integral para la igualdad de trato y la no discriminación. Da terror comprobar al leer el texto de la ley, como sus artículos parecen copiados de historia que acabamos de comentar. Veamos una comparativa entre el proyecto de ley y el relato de ciencia ficción:

Proyecto de Ley Integral para la Igualdad de Trato y la no Discriminación

Artículo 2
Se reconoce el derecho a la igualdad de trato y no discriminación. Nadie podrá ser discriminado por razón de nacimiento, origen racial o étnico, sexo, religión, convicción u opinión, edad, discapacidad, orientación o identidad sexual, enfermedad, lengua o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.

Artículo 5
La discriminación indirecta se produce cuando una disposición, criterio o práctica aparentemente neutros ocasiona o puede ocasionar a una o varias personas una desventaja particular con respecto a otras.

Artículo 37
Se crea la Autoridad para la Igualdad de Trato y la No Discriminación, como autoridad independiente encargada de proteger y promover la igualdad de trato y no discriminación de las personas por razón de las causas previstas en esta Ley, tanto en el sector público como en el privado (…)

Artículo 11
Se consideran acciones positivas las diferencias de trato orientadas a prevenir, eliminar y, en su caso, compensar cualquier forma de discriminación en su dimensión colectiva o social. Tales medidas serán aplicables en tanto subsistan las situaciones de discriminación que las justifican y habrán de ser razonables y proporcionadas en relación con los medios para su desarrollo, los objetivos que persigan y los plazos para su consecución.
Harrison Bergeron (2081)









Nadie era más inteligente que cualquier otro. Nadie era más guapo que cualquier otro, nadie era más fuerte, ni más rápido.






(…) y de la incesante vigilancia de los Generales de la Igualdad de los Estado Unidos.






Los fuertes llevaban pesas para hacerlos más débiles, los inteligentes llevaban auriculares que les impedían tomar injusta ventaja de sus cerebros. Incluso lo hermosos algunas veces llevaban máscaras en las situaciones donde la belleza podía distraer demasiado.

Cuando un Gobierno elabora leyes que se asemejan a historias publicadas hace ya cincuenta años que nos hablan de un mundo totalitario, de una distopía, deberíamos pensar que posiblemente, si nos mantenemos indiferentes, nuestra realidad terminará siendo la misma que la narrada en esas historias. Debemos actuar para que eso no ocurra.


Enlaces recomendados:
Harrison Bergeron - Kurt Vonnegut (Scrib - Cuento completo)
Anteproyecto de Ley Integral para la Igualdad de Trato y la no Discriminación