La desigualdad como etapa para conseguir la riqueza

Uno de los principales inconvenientes que se imputan al capitalismo es su capacidad para conseguir desigualdades económicas. Sin embargo, muchas veces se olvida que la desigualdad viene acompañada siempre de la mejora de la calidad de vida de toda sociedad donde el capitalismo se desarrolla.

Otro de los tópicos anticapitalistas es la predicción del agotamiento de los recursos debido al incremento desproporcionado de la población y la producción. Esto se ha visto negado una y otra vez por las distintas experiencias históricas de los países que ha experimentado un desarrollo industrial y económico y donde el problema final no es el crecimiento descontrolado de la población, sino, todo lo contrario, su estancamiento.

En un artículo publicado en 1996 y titulado “La revolución industrial: Pasado y futuro”, Robert Emerson Lucas, premio Nobel de Economía (1995), explica de forma sencilla y asequible las características de la evolución económica que sufrieron algunos países europeos durante la Revolución Industrial y como dicho proceso se repite en las actuales naciones en vías de desarrollo. De igual manera, señalas las pautas del proceso de crecimiento posterior a dicha revolución.

Dejo a continuación un fragmento del artículo mencionado, cuya comprensión por parte de aquellos contrarios al capitalismo (o economía de libre mercado) evitaría la condena a la pobreza perpetua a millones de habitantes de nuestro planeta.


“De todas las tendencias perjudiciales para una economía sana, la más seductiva y, en mi opinión, la más venenosa es centrarse en cuestiones de distribución. En este mismo momento está naciendo un niño en una familia norteamericana mientras otro niño, igualmente valorado por Dios, está naciendo en una familia de la India. Los recursos de todo tipo que estarán a disposición de este nuevo norteamericano serán 25 veces mayores que los recursos de que dispondrá su hermano indio. Esta situación nos parece una injusticia horrible que amerita una acción directa correctiva, y quizás algunas acciones de este tipo puedan y deban tomarse. Sin embargo, del enorme aumento que ha habido en el bienestar de millones de personas durante los 200 años transcurridos desde la revolución industrial hasta la fecha, casi nada puede atribuirse a la redistribución directa de recursos desde los ricos hacia los pobres. La posibilidad de mejorar las condiciones de vida de la gente pobre por la vía de distribuir de una manera diferente la producción actual es nula comparada con el potencial que existe, al parecer ilimitado, para incrementar el producto.”


Enlace recomendado:
“La revolución industrial: Pasado y futuro” - Robert Emerson Lucas (Centro de Estudios Públicos - Chile)